29.11.08

Copa Rota.

Miguel guardaba sus secretos en dos lugares. En su conciencia, por supuesto, que ya aguantaba poco o nada, y en una gastada caja de zapatos. La última vez que lo vi, la conciencia y la caja habían cambiado papeles, y Miguel tenía los ojos de cartón sepultados bajo una nube de años que lo hacía ver muy niño. Cualquiera hubiese pensado que el pobre era un drogadicto, o simplemente uno de esos que no saben que partes de su cerebro usar en cada momento., pero simplemente era el peso de los años por venir, las mujeres por dejar, los vasos que vaciar y los hijos que engendrar. Pobre Miguel, ahí sentado en su cama viéndose pasar a sí mismo y pretendiendo para mí que vivía ignorante. Yo no sabía que decirle, así que simplemente le dije que se vistiera rápido y lo invité a unas cervezas. Como siempre, aceptó a condición de que no fueran cervezas, sino vino. Era inentendible como era capaz de preferir un mal cabernet tibio a una cerveza helada en días así, pero ese era Miguel, y yo creo que la razón estaba perdida en la caja de zapatos. De cualquier forma, ese día no fue un mal cabernet, fueron tres, y Miguel como si nada me dijo:
- Quiero que tengas la caja de zapatos.
Yo hice como que no entendía. A esas alturas ya me parecía que la locura que envidiabamos en Miguel se estaba transformando en una demencia que lo iba a inutilizar. ¿Que diablos iba yo a hacer con un montón de...? ¿De qué? Sólo entonces me percaté de que en veinte años de conocer a este tipo, jamás me había enterado de lo que guardaba en verdad la caja. Me puse curioso.
- De verdad, Rodrigo, quiero que tengas la caja.
- ¿Qué caja?
- Mi caja.
- A mi no me interesa esa huevá. Regálasela a una mina.
- No puedo. Sólo tú. Tu regálasela a una mina si quieres. Pero yo te la tengo que dar a ti.
- ¿Qué hay en la caja?
- Dijiste que no te interesaba.
- ¿Que hay en la caja? - no iba a discutir estupideces.
No me dijo nada. Se levantó de la mesa, llevándose la copa en la mano, y se devolvió a su casa. Yo me quedé para pagar el vino. Salí del local y vi la caja ahí, frente a la puerta, cubierta con una capa de polvo que parecía un muerto. Miguel no estaba. Quizás ya estaba muerto, quizás ya estaba lejos, quizás me estaba espiando desde la esquina para ver que hacía. Quizás estaba con una de las tantas putas que ya no le cobraban. La verdad es que no me acordé de él. Tomé la caja y me senté ahi mismo en la acera. Era muy liviana. La vida de Miguel era muy liviana, al parecer, como si estuviese hecha de de esas pelusas grandes que llaman cartitas. Abrí la caja.

Adentro estaba la copa, quebrada en cientos de pedacitos, y con el vino o la sangre de Miguel todavía manchando el cartón de rojo, y de mi amigo ni rastro. Se habia bebido sus recuerdos con tres botellas de cabernet malo.

Busca y Destruye

Soy el hijo olvidado del mundo. Camino por las calles como una espora de hongo espacial que infecta planetas para el día de la gran explosión. No puedo permitirme mirar atrás o fingir que miro hacia adelante. Solo dame peligro, pequeña extraña.
Huyo de las explosiones atómicas y propongo volar cada edificio gubernamental. Sin importar el ángulo con que lo veas, lo mío es buscar y destruir.
¿Todo listo?
Hay algo sobre la polvora, sentirla en tu boca, un poco salada, un poco demasiado peligrosa pero no si la saboreas como yo, Dios, amo todo esto.
Necesito de alguien que salve mi alma, que penetre en mi mente y descubra lo que debe hacer luego de que ocurran todas las explosiones. Por favor nena, denotalas por mi.
Si te acercas mucho, tu hermoso rostro te va a doler, el calor es más de lo que corazón puede soportar, mucho más de lo que al alma le está permitido contemplar y que decir de tus dulces ojos negros. Te necesito para que salves mi alma.
Traten de detenerme para que mi objetivo valga aún más y no me sienta vacío cuando vea caer a los gigantes, a los que sostienen el telón con sus frentes piramidales que reciven toda la atención. Soy un hombre alta tención.
Destruiré todas tus memorias con napalm para que puedas dormir en una noche sin luz.
Las explosiones comienzan, y aún existe el amor en medio de una guerra de fuego... Soy el hijo olvidado del mundo, y el mundo mismo esta olvidado hoy.

que se puede hacer salvo ver películas

no podían mucho más hacer. se juntaban, sagradamente, todos los jueves en la esquina del cine e ingresaban a ver lo que fuese.
los últimos 9 años así había sido. apenas pronunciaban palabras, saludos cordiales, conversaciones dignas de pasillo cuando -rara vez- había que hacer fila y 120 minutos en silencio. despedidas cordiales, y un hasta el otro jueves.
ninguno tenía muy claro porqué seguían yendo. porqué convergían en eso que ya era rutina.
bien podía ir cada uno por su cuenta. parecía ser no más que ver películas, que lo demás era accesorio.
f. no sabía bien porqué. d. tampoco sabía bien porqué. nunca habían comentado, f y d, el porqué. nunca habíanse, f y d, visto en otro lugar.
eso que podía ser tácito ni siquiera estaba claro. si había siquiera algo tácito, algo que no era comentado.
quizás no había nada que comentar.
simplemente era. todos los jueves, películas. misma hora, mismo lugar.
un día, f y d, se enteraron por el acomodador, R, que habían vendido la cuadra completa. un gran conjunto de departamentos sería erigido en el terreno de las casas, el negocio, y el cine.
implicaba, claro, la demolición del cine.
f y d nada comentaron. pasaron 4 jueves y 4 películas, y finalizados los 120 minutos, la información por parte del acomodador, R, de que no habría película el próximo jueves.
f y d caminaron a la esquina. despedida cordial. se quedaron en silencio. faltaba el hasta el otro jueves.
f y d pensaron qué harían el otro jueves.
d no supo qué decir. f no supo que decir.
la micro de f llegó al paradero de la esquina. f no subió.
bueno... el otro jueves... dijo d.
sí... el otro jueves, respondió f.
a la misma hora, mismo lugar, d y f se juntaron el otro jueves.
se sentaron en el banco del frente a ver como se demoronaba, pedazo a pedazo, el cine.






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propuesta, a la que doy inicio con este improvisado -evadiendo evolución- escrito:
(así como un juego... medio fome igual) escritos a partir de títulos de canciones. no más que eso. título, y lo que salga.
espero leeros.

28.11.08

Futbol Pirata

Irlanda, aroma
a whisky,
a ovejas mojadas
por la mañana húmeda,
a pólvora,
a sangre de cilicios,
a cilicios de sangre,
a rocas muertas,
a santos de bosque.

Aroma
a Inglaterra,
a Gales,
a Escocia,
a Irlanda;
a tréboles de feria,
a gnomos de patio,
de una vieja seca,
a tercer mundo viejo,
a segundo joven,
a primer mundo niño,
a primer mundo, niño.

Aroma
a cuero y hierro,
a faldas,
a ciervo,
a inmigrante,
a emigrante,
a hada
y a sajón.

Irlanda, aroma
a Nueva York,
a banda de país
en revolución,
a ira,
a IRA.

Irlanda, aroma
a Liverpool,
y por eso a beatle,
y por eso a invasión
británica,
y por eso a traidor.
A cura solo,
a fútbol triste
de imitación.

Aroma
a hermano chico,
a admirador,
a envidioso,
a James el
mayordomo.

Irlanda, aroma
a azul de muerto,
de muerta.
Irlanda, nueva rica
hija de la vieja rica,
de la santa vieja,
de la santa madre,
de la vieja madre.

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Esto es algo del año de la cocoa,
pero que lo vi y me recordo a la pati kelly

poema XIV, de tzara

Maquillar la vida en el binóculo -frazada de caricias- panoplia para mariposas, - he ahí la vida de las camareras de la vida. Acostarse en una navaja de afeitar y sobre pulgas en celo - viajar en barómetro - mear como un cartucho - cometer errores, ser idiotas, ducharse con minutos santos - ser golpeados, ser siempre el último - gritar lo contrario de lo que dice el otro - ser la sala de redacción y de baños de dios que cada día se da un baño en nosotros en compañía del pocero, - he ahí la vida de las camareras de los dadaístas. Ser inteligente - respetar a todo el mundo - morir en el campo de honor- suscribirse a la Deida Exterior - votar por Fulano - el respeto por la naturaleza y la pintura - aullar en las manifestaciones dadá, - he ahí la vida de las camareras de los hombres.
no estoy hecha de cristal,
puedes tocarme.
no me quiebro,
puedes tocarme.
no soy plumas, no soy escamas,
no me desharé en mil pedazos,
no saldré volando por el aire,
puedes tocarme.
no quemo, no me derrito,
puedes tocarme.
no soy papel, no soy metal,
no temas tocarme.
no moriré hoy,
puedes tocarme.
y si me quiebro, y me deshago,
y si me voy volando por el aire, y me desarmo,
y si quemo, y me derrito,
por favor, tócame.

no fue ayer el día en que nací,
no moriré mañana.
no temas tocarme.
no me desgarrará tu mano,
no huiré a tu contacto,
yo no temo encontrarnos.

27.11.08

- Todas las mujeres son iguales. Todas quieren lo mismo. - hubo un silencio estúpido.
- ... - más silencio estúpido. - ¿Y qué quieren?
- Un príncipe azul.

No entendí mucho. Es decir, entendí lo que me quería decir. Lo que no entendí fue como un tipo tan estúpido, si E-S-T-U-P-I-D-O, podía tener tanta razón. Me molestaba que tuviera razón.

- ¿Y a mi de que me sirve eso?
- Convéncelas.
- ¿Ah?
- Convéncelas de que tú eres un príncipe azul. SU príncipe azul. Harán lo que sea por ti.

No diría que no me tentó la idea. Era un camino fácil. Además yo no iba a enamorame, estaba seguro de eso. Sí, sí, ya sé lo que están pensando. A mi no me iba a pasar, no soy como ustedes, no puede pasarme. O al menos entonces.

- ¿Y que gano con eso?
- ¿Eres idiota?
- ...

Sí, había sido una pregunta idiota. Mas idiota aún teniendo en cuenta a quien tenía en frente. Pero tampoco había mucho más que decir. Se trataba de decidirlo y ya. Como cuando te paras frente a una vitrina de libros. O de un refrigerador. Lo haces, o no lo haces, y eso es todo. Miré los ojos enrojecidos por la sequedad del aire del otro imbécil. Mire mis manos. Eran casi del mismo color. Me quedaba sin ideas y quería ganar tiempo. ¿Por qué? Porque eso es lo que hacen tipos como yo. Traicionan.

Lenguaje y resistencia comentario

Los metodos de control en el seno de los grupitos que formamos al encontrarnos entre lapetogas, tienen una dinámica muy sutil, algunos como yo, que siento que me enfrento a la positividad de frente o a veces con una sonrisa, pretendo metodos de descontrol, pero tal vez, soy un paco más. Todos tenemos un paco adentro, hace falta descubrirlo, dificil es porque siempre está de civil y es muy amigo nuestro, grita desde dentro nuestro flaite, narco, delincuente, encarcelenlo.
Los que viven presos de su lenguaje, los bien educaditos esos que incluso tienen modales son los que quiero denunciar, esos que incluso cuando hablan de politíca dicen sin darse cuenta que me asesinarían. Los burgueses me condenarán con su moral si cometo un delito, los funcionarios iran por mí, los más grandes abrazaran a sus hijos, cuando me vean pasar esposado, con el pelo y las uñas largas, con los dientes amarillos, con los ojos rojos, y con mi mente llena de liberación.
Los que creen hablar por otros, los que no son, a esos que la ficción les atrapa sus delirios representativos y ponen los ojos desorbitados, a esos también quiero denunciar, porque es gratis.
Quiero un divorcio definitivo con toda la policía, esto es política.
divorcio definitivo con la clase politica y sus palabras,
divorcio definitivo con los engrupios especializados
con los que no tiran mierda y no putean
con los que canalizan su descontento y hacen mierda (arte domado)
quiero casarme con los que viven, simplemente.

religion y droga comentario

la religión es negativa a mi juicio, si no es una herramienta para uno mismo, por eso la economía de concepciones puede ser util, simple religión... Dios: Sol, liturgia simplicada: despertarse en las mañanas por su efecto, rezo: hola sol, rezo 2: !que mágica tu energía!. Dentro de la simplicidad no me voy a poner a comer floripondio, un poco de cannabis que deje espacio para una tregua entre desplomarse cuando el sol desaperece, y el despertarse para el rito sagrado. La yerba detendra el tiempo y me hare sagrado. Aunque me encuentre con un pelagato al que invite fumar y me diga que no quiere que viene del gimnacio y se siente sano, y que por eso no fumaria, lo haria despues, cuando quiera hacer cosas malas. En otra ocasión invite a otro lapetoga y me dijo: quiero disfrutar este momento, no quiero fumar. Aunque estas situaciones aparentemente no digan mucho, acuso una discriminación terrible en contra de mi persona, de partida que wea mas sana que fumar en la mañana la rama de un arbol que crece por el efecto del sol (o un sucedaneo osea semi-dios), que mas profundamente religioso que invitar y comulgar con el projimo en la tregua del tiempo contra el espacio y sus efectos, que mas religioso que desafiar la fuerza de gravedad que nos ata este mundo parados o acostados como estamos, somos seres al reves, miramos el suelo, condenados no podemos mirar a dios a los ojos sin peligrar nuestra vista.

rouge


Le pedí su teléfono después del martini. El borde de la copa estaba suavemente marcado por su rouge de un rojo rabioso. Me miró, despectivamente, con indiferencia, pero inclinó la cabeza. Le pasé mi tarjeta y en eso entró el guaton Ramirez. Me miró como quien dice "sortudo tu, ¿ah?". Sí, sortudo. Ella soltó un suspiro de resignación frente al silbido del guatón, me pasó la tarjeta y se fué.

Embobado la miré caminar hacia la puerta y tomar un taxi. Miré mi tarjeta y ahí estaba. Su boca en un rojo rabioso y ni señas de su teléfono.
La maratón partía en Pajaritos. Más bien partía en su casa. Corría al baño, a la cocina, afuera de su casa, al paradero, a la estación, a la otra línea, al otro paradero, a la otra casa. A veces resultaba victoriosa, pero la mayoría de los días no llegaba a tiempo a la meta.
Siempre eran 3 segundos de mala suerte y de perder el colectivo, la micro, el metro, la micro. Siempre eran 3 segundos que la hacían perderse de todo. Se levantaba a tiempo, pero cansada por esos 3 segundos. Hacía el desayuno –no el suyo- cansada, ordenaba su casa, dejaba listo el almuerzo y partía. Hacía las camas –no de ella-, limpiaba las mugres ajenas, hacía el almuerzo y la comida, y ponía la mesa donde no se sentaría, y partía nuevamente. A encargarse de asuntos de otros. El día nunca parecía terminar bien, pero cuando partía, siempre tenía la esperanza que así fuese. Creía lo que le decían; el día estaría parcialmente soleado, habría paro en el registro, a la noche darían esa película que ya habían dado –y había visto- 3 veces.
Tenía 3 hijos y 2 hermanos. La plata de la pega de los lunes, miércoles y viernes no le alcanzaba, con la de los martes y jueves apenas alcanzaba a sumar lo necesario. Trabajaba los domingos en la feria, vendiendo lo que había hecho las noches del lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado.
Tenía ganas de volver a tejer, pero cuando el montón de ropa por planchar parecía acabar, se reproducía nuevamente y se veía más grande cada vez.
Ya ni sabía bien cuanto tiempo llevaba en esas. Parecía haber sido siempre.
Un día de esos parcialmente soleados, llegó al paradero y el colectivo no estaba justo dando la vuelta a la esquina; estaba ahí. Extrañada se subió. Llegó al otro paradero, y nuevamente se extraño. La micro estaba ahí. Se subió, y casi creyó haber imaginado lo anterior. El día parece que sí estaba yendo bien. La rutina se repitió con exactitud hasta la noche, sólo que parecía estar viviéndola con 3 segundos de antelación. Y todo lo sentía distinto.
Esa noche soñó que corría una maratón. Terminaba primera.
Por la mañana, el colectivo estaba dando vuelta la esquina cuando llegó al paradero.

26.11.08

FUERA DE ÁFRICA!

El origen del hombre.

Bueno, gente, existen principalmente 2 teorías al respecto, la teoría "out of África" y la teoria "multiregional".

I.-Multirregional

Comenzaré por esta última, que no sólo trata de explicar el origen del hombre, sino el origen de la diversidad racial del hombre, cabe destacar que es la teoría menos aceptada (debido a las pruebas que sustentan la otra teoría):

Hace unos 2 millones de años atrás, homínidos como el homo erectus dejan África para colonizar el viejo mundo, pasando el tiempo, y hacia hace unos 100 mil años atrás convivían tres clases de homínidos, esto es: Neardenthal en Europa (principalmente), Homo Erectus en Asia y el legendario Homo Sapiens en la madre África.

Ahora, ¿cómo llegamos a esto? Según el señor Wolpoff, principal ql de esta teoría, en cada punto geográfico habría comenzado un proceso de especiación debdio al aislamiento reproductivo y geográfico, existiendo además intercambio génico entre los grupos que iban evolucionando paralelamente (Esto es, los 3 homínidos antes nombrados) culminando finalmente este proceso en una convergencia evolutiva insospechada: el Homo Sapiens Sapiens, es decir, usted y yo.
Debido a la evolución paralela, a las adaptaciones a distintos medios, se lograría explicar a través de esta teoría las diferencias raciales que observamos hoy.

Evidencias que la sustentan:
(1)Continuidad anatómica de ciertos fósiles en Indonesia y Australia provarían la continuidad evolutiva y negarían el reemplazo de un grupo de homínidos por otros.

(2)Analizando data de microsatélites de población en China se vió que poblaciones que evolucionan aisladamente en ausencia de "selección natural" surgen rasgos propios. Esto explicaria la diversidad.

(3)Ok, esta es bastante estúpida, dice que comparando mtDNA (a de ene mitocondrial) de Neardenthals con el mtDNA de Sapiens se ve la gran diferencia entre ellos que indica un aislamiento genético, ergo (Según ellos), ambos grupos debieron haber evolucionado al H. Sapiens Sapiens por su cuenta (o bien el Neardenthal se extinguió y no dejó rastro genético).

Existe una cuarta evidencia pero que no apoya esta teoría sino que indica un sesgo bastante importante en la teoría siguiente, que es que cuando hicieron el conteo con el reloj mitocondrial, los científicos no tomaron en cuenta el pequeño delay o desfase que hay entre mtDNA y DNA nuclear.

II.-Fuera de África

Muy bien, continuemos ahora con la siguiente teoría, la teoría fuera de África o "out of África" para los anglófilos. Esta teoría por cierto es muy interesante debido a la gran cantida de evidencia que la sustenta - esto es, evidencia: genética, arqueológica, climática, e incluso lingüistica.

Ahora bien, esta teoría comienza más o menos como la de algo más arriba.

Hace unos 1,8 millones de años aproximadamente, año arriba año abajo, desde una tierra misteriosa y llena de leyendas un grupo de valientes y quizá algo drogados homínidos deciden avanzar hacia las tierras más inóspitas del noroeste y -a riesgo de equivocarme puedo decir que sin querer - poblar lo que era de esas tierras.
Así, pasaron los años y con el consecuente aislamiento geográfico y reproductivo surgieron dos grupos, neardenthal en europa y erectus en asia. Hacia unos 150 - 120 mil años desde el continente negro sale otro homínido que había evolucionado también por su cuenta, el homo sapiens arcaico, y comienza a poblar todo el mundo reemplazando a las poblaciones locales. Así en Europa vive en equilibrio junto a su compañero de ancestro en común, el Neardenthal, eso hasta hace unos 50 - 40 mil años atrás (hacia el paleolítico superio) cuando el comportamiento del tranquilo Sapiens cambia radicalmente (según yo, aquí se redescubren los enteógenos) viendose esto reflejado en las nuevas y más bellas herramientas que utilizaba, ahora decoradas y un aumento explosivo de arte cavernario y sitios rituales y de entierro. Así, con este cambio, 10 mil años después, hacia unos 30 mil años el Sapiens reemplaza completamente a Neardenthal y no se encuentran más registros de este.

Evidencias:

Fósil: Hallazgos en África de los H. Sapiens más antiguos (130K y 195K Kibish, Etiopía; 160K Herto, Etiopía; 160K Marruecos) (K=mil).
En Israel además se encuentran restos de neardenthal y de sapiens contemporaneos, ergo del uno no evoluciona el otro.

Ambiental: Hace unos 135K - 75K ap hubo sequía en África, normalizandose el clima hacia el 70K ap. Esto coincide con las fechas de las migraciones del H. Sapiens.

Arqueológicas: Principalmente los registros muestran el quiebre "Antes los 50K-40K"/"Después los 50K-40K", y toda la evidencia arqueológica que parece tan nueva y suave y con una escencia algo psycodélica (que por cierto nadie admite) que se asocia al H. Sapiens y a la "reconfiguración neural" que caracteriza a la especie.

Genética: Esta es la principal evidencia, basada en análisis de mtDNA, cromosoma Y, y algunas regiones del DNA nuclear que no recombinan mucho, es decir regiones atarxicas XD.
(1) Se logra rastrear el origen del mtDNA a una "Eva mitocondrial" que vendría de África, es decir una madre de todos en África, o al menos un grupo de mujeres cuyo mtDNA no diferia mucho.
(2) Debido a que mientras más tiempo permanezca una población en un lugar presentará mayor número de mutaciones, se ve en el área Sub-Sahareana en África, la mayor diversidad de este tipo, ergo, la población que ha pasado más tiempo en un lugar.
(3) Además, haciendo un conteo del "número de ancestros"
(4) No se ha encontrado evidencias de mtDNA Neardenthal en el registro humano actual, lo que indica que no hubo hibridación y aunque se encontró un esqueleto -que se supone tendría "4 años" - con "craneo sapiens" y "cuerpo neardenthal" esto no indicaría tal hibridación debido a que debería presentar más diversidad de rasgos a lo largo de su esqueleto, esto podría deberse a una macro/micro/hidro cefálea o algo así.
(5) La evidencia lingüistica indica que los idiomas a lo largo del globo están muy relacionados y el "árbol genealógico" del lenguaje puede rastrearse, al menos en relaciones de unos y otros lenguajes, eliminando así la posibilidad de que los lenguajes hayan surgido completamente autóctonos como habría pasado si se hubiera evolucionado paralelamente desde distintos grupos hacia un mismo H. Sapiens Sapiens.

Principales diferencias entre las teorías

(1) Difieren en que la primera dice que la especiación es antigua y existió flujo génico entre los grupos, mientras que la segunda indica que tal "especiación" (Que es lo que llevó a la diversidad racial actual) es mucho más reciente (hace unos 200 - 100 mil años), y que hubo poco o nada de flujo génico entre especies.
(2) Además en la primera se plantea que los grupos alrededor del viejo mundo evolucionaron por su cuenta hasta el homo sapiens, mientras que en la última es el homo sapiens el que reemplaza las poblaciones de otros homínidos.

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Fuente:
Los trabajos de nuestras compañeras: Ana María, Daniela y Francisca; y de Mila, Javi, Jarana, Mandy y Yayo.

25.11.08

Pachito sovietico 7

escuchaba los zapatos del alguacil merodeando por la sala de estar mientras arrastraba el camioncito de juguete por el pasillo. Que extraño, pensaba todo el tiempo, el pasillo no era tan largo y el techo no estaba tan alto. Algo lo hacía sentirse nervioso mientras bajaba la escalera, tan ancha que no veía los límites. Los pasos del alguacil se escuchaban cada vez más fuertes, resonaban por toda la estancia. Y ahí estaba su primo Tom, le daban miedo sus pecas. No sabía que estaba haciendo, estaba acuclillado junto al río. "Martha está en el árbol. A las seis pm" le dijo, riéndose. Martha si estaba en el árbol, fumando un cigarro que le había sacado a su papá. "Vincent, no puedo acompañarte" Martha parecía contenta, satisfecha de algo. No lo acompañó, porque después iba solo por el camino que llevaba hasta su casa, con una pelota vieja en sus pies. Sentía una sensación de sangre y violencia en las narices, los pelirrojos le iban a pegar. Uno de ellos le pegó en la cabeza, sin fuerza, para molestarlo. Y quería golpearlos, cerraba los puños y levantaba los brazos, pero se sentía impotente. Los pelirrojos estaban allí, quietos, sin ninguna mueca en la cara, como muñecos. Y por más que se esforzaba, no podía golpearlos, sentía los brazos pesados y el cuerpo somnoliento. Se esforzaba tanto que comenzaba a sudar y a sudar,

Y sintió el golpe de acero en la boca. Lo primero que vio fue a un tipo gordo frente a él, mirándolo a los ojos, con un fierro en la mano.

-Despertó Vincent Vaima, el inmaculado hijo de la patria.

Estaban en un cuarto oscuro, lleno de cajas. Advirtió la brasa de un cigarrillo y entonces sintió el olor a tabaco. Había un individuo sentado en las cajas.

-Vaya que eres pesado, hombre.

Comenzó a recordar algunas cosas. Se sentía mareado, había ido al baño cuando se cortó la luz. Luego sintió un gran bullicio, unos balazos y un golpe en la cabeza.

-Mejor comienza a cantar, Vaima -dijo una voz familiar. Venía del tipo que estaba atrás, en las cajas-. Mi amigo aquí, no tiene mucha paciencia.

-¿Que mierda es es...

Vaima no alcanzó a terminar cuando sintió otro golpe en la cara. Cuando abrió los ojos vio que el sujeto misterioso se acercaba lentamente.

-Si hasta tienes timbre de ruso. Como no lo pensé antes.

Su cigarrillo en la mano describió una curva amenazante. Era el sr. Bolt.

23.11.08

Uno, Dos, Tres

Cuando se le acercaba el final, mi abuela comenzó con su acumulación de recuerdos. De un día para otro empezó a llenar su departamento con fotos tan antiguas que ni yo ni mis hermanos ni mis primos conocíamos. Fundamentalmente eran de mi abuelo, quizás por eso, o más bien de la familia de mi abuelo. Recuerdo una serie de fotografías de un tipo, un milico, como de mil ochocientos cincuenta, con un bigote que se veía muy gracioso. Tu tatarabuelo, me dijo ella, y a mi me pareció tan extraño que nunca hubiesen hablado de él y de pronto todas esas fotos pegadas en la pared como si fuese su hogar legítimo. Mi viejo tampoco las había visto nunca, aunque si recordaba haber oído un par de historias, y yo empezé a pensar que quizás mi abuela ya estaba loca y se había puesto a comprar fotos del mismo tipo en los anticuarios sin siquiera preguntar quien era. Aunque no parecía loca, y su memoria estaba firme, y cada día llegaba con más fotos, que nunca supimos de donde mierda sacaba, y poemas. Esos sí eran de mi abuelo. Es obvio, porque yo ya había leído unos y se notaba la misma pluma. Eran bastante buenos, como pararse en un bote en medio del lago y saber que no te vas a caer porque es imposible morir en un lugar tan hermoso, y eran muchos, increíblemente muchos. Nosotros sí sabíamos que mi abuelo era muy poeta, pero aún así nos sorprendimos cuando el estante donde mi abuela estaba coleccionando su vida se llenó de cuadernos y servilletas y unas pieles extrañas tatuadas en verso. Todo era de mi abuelo, pero parecía que ahi hubiesen tres cantos generales y el Mahbharata completo, y no entendíamos.
El punto al fin y al cabo es que mi abuela volvió de eso su vida, y al principio fue bastante bueno porque en mi casa nunca se había hablado de esa vida. Cuando mucho yo tenía unas fotos y unos garabatos en una hoja con unas florcitas de lápiz verde, y una herencia que nadie me dió pero que me había llegado sin querer y que me guardaba en silencio, pero todo eso era en el fondo un sueño pendejo de tener un abuelo que fuese como Hemingway. Con esa locura que le dio a mi abuela empezamos a entender que no era tanto como Hemingway, por suerte, sino que quería más a la gente, especialmente a mi viejo y mi abuela, y que se había puesto a escribir porque probablemente en esa época no existía la piscola. Me di cuenta de que era menos comunista de lo que yo pensaba, pero diez veces más revolucionario, y que en verdad si se había muerto había sido porque en verdad no toleraba que se estuvieran violando a su país por el culo, no por maldad aunque en un acto de insensibilidad tremenda. Entendí a mi viejo, que debía haber estado orgulloso de que su viejo fuera tan poeta y tan muerto, pero que con ocho años no se puede vivir de un imbécil que está en las letras. Y así. La locura de mi abuela me pareció bien justificada, porque despues de tanto ser musa, cuando te vas a morir lo más logico es ver como te cantaron.
De a poquito se le fue olvidando lo de buscar más y más fotos y más y más poemas, y nos quedabamos los dos mirandolos pegados en la pared como si fueramos detectives. Detectives bien idiotas, porque entendiamos todo y no hacíamos nada por encontrar a los culpables. Y después un día no se despertó. Cuando mi viejo me lo contó no se podía la voz, asi que la arrastró a traves del teléfono como quien arrastra los sacos a una trinchera. Pero también en esa voz creo que por fin estaba entendiendo por qué cuando se habían violado al país por el culo él no se había dado cuenta, y a las dos semanas sacó todas las fotos y los poemas y los guardó en un caja. La enterró con una botella de whisky cerrada, no se porqué, y encima de ella, debajo de ese peumo tan grande que había plantado pensando en cuando yo tuviera hijos, dejó el cráneo de vaca que me había dado cuando chico para que espantara los espíritus. "Viejo enfermo", pensé cuando me acordé, y me reí mucho. Me dijo que cuando él fuera abuelo, podía desenterrarlos y dárselos a mis hijos, pero que ya estaba bueno que nos olvidaramos de esta estupidez de ser todos tan parecidos. Yo miré el cráneo y me daba tanta risa que pensé que ni cagando.

22.11.08

un loco amor de verano

el refrigerador me empezó a hablar un día jueves. lo recuerdo bien. eran como las 6 de la tarde, estaba sentado revisando unas cuentas y escuché un carraspeo. miré alrededor y confirmé que no había nadie. mi familia se había ido por unas semanas a la playa, yo tuve que quedarme por el trabajo. volví a mis cuentas y escuché denuevo un carraspeo, como quien se limpia la garganta para hablar por primera vez, y escuché un ¿cómo va? claro y metálico desde esa parte de la cocina. atónito me puse de pie, y pensé había alguien escondido, pero no se oían más ruidos que el vibrante zummm de las luces.
luego un está difícil la cosa ah... lo noto por las compras cada vez más escuálidas.
no había nadie ni lugar para esconderse por la cocina. la voz metálica provenía del refrigerador. lo abrí, como por si hubiese alguien adentro, pero sabía que era casi imposible -lo había abierto hace media hora para sacar unos tomates-. además, no era tan grande como para albergar una persona. pero había que terminar con las dudas.
y claro, no había más que otros tomates, leche y unos restos de comida del día anterior.
me senté denuevo, pensando que sería el cansancio, el estress o los remedios que me habían recetado para estos combatir.
"Efectos secundarios: jaquecas, somnolencia, oír voces de los electrodomésticos". era posible, con cada cosa que pasa con los remedios. pensé le tendría que preguntar al doctor, o quizás reducir la dosis.
y volví -nuevamente- a las cuentas... sí estaba difícil la cosa en verdad.
apenas nos alcanzaba para las compras y pagar las deudas. yo me había tenido que quedar trabajando para poderle pagar a mi suegro las cuotas de la lavadora, que la había sacado con su tarjeta.
y de nuevo la voz metálica, que ahora me espetaba directamente si ya van a mejorar las cosas, eduardo. es cíclica esta cuestión. hace dos años fue lo mismo; tuvieron que apretarse el cinturón unos meses y luego pasó.
no quedaba duda: o deliraba o el refrigerador me estaba conversando.
probé entonces responderle, y ante mi sí... ojalá que pase pronto no más, la metálica respuesta: así va a ser, pierde cuidado. además, la ceci ya encontrará pega, yo creo la llamaran dentro de estos días, ¿no lo crees?.
y yo, incapaz de balbucear siquiera un alarido, salí despavorido de la cocina.
me quedé sentado al otro lado de la puerta a ver si oía algo, y nada. estuve paralizado hasta que oscureció, y osé entrar denuevo. ya con la cabeza más fría y el corazón latiendo a un ritmo más normal. denuevo, echándole la culpa a los remedios o a desvaríos.
el zummm de las luces -que claro no apagué en mi huída del refrigerador- y nada más reinaba en la cocina. recuerdo que me dije probemos denuevo, si debo haberlo imaginado. claro claro, ¿cómo el refrigerador va a saber que anduvimos con problemas de plata hace dos años? ¿y que la ceci está buscando pega?.. -y dándome cuenta de lo orate de tales cuestionamientos- ¿cómo va a haberme hablado el refrigerador?. si lo imaginé, lo imaginé..
¿hola? -no se me ocurrió nada más inteligente que decir-. hola. ya no me quedaban dudas, algo -mi cabeza o el refrigerador- me hablaba. y más valía conversar que seguir ignorándole.

y así empezó nuestra… ¿relación?. pasábamos horas conversando, me aconsejaba, escuchaba y siempre tenía palabras precisas que decir. parecía que me conociera de toda la vida, y un poco así era, si lo había traído conmigo de la casa de mis papás.
me levantaba más temprano cada día para prolongar el desayuno antes de irme a la pega, volvía a almorzar a la casa y apenas terminaba mi jornada entraba a la cocina a mantener de esas largas e intensas charlas. su voz no me sonaba ya metálica sino cálida, afectuosa y llena de sentido. tenía un sentido del humor excelente, reíamos y recordábamos momentos que mi memoria había omitido, ¿te acuerdas de la vez que celebraste tus 17 años y infiltraste en el inmaculado ponche de tu madre 2 litros de vino? y ella, ingenua, se andaba preguntando porqué hasta el pipe andaba tan dicharachero… ¿cómo lo había olvidado?. fue un lindo período, ¿cierto? pero no sé en que andará el pipe ahora, ya nunca hablo con mis excompañeros…
mi vida pareció cobrar un nuevo –e inesperado- sentido. recuerdo que hasta en la pega me comentaban que parecía andar flotando, y me embromaban de que sería estar sin la doña –¿y quizás con alguien?- lo que me tenía tan plácido y contento. pero la verdad es que de la ceci apenas me acordaba. nos pegábamos un par de telefonazos cada ciertos días para ver como andaba todo. ¿sin novedad? no, nada fuera de lo usual... de la pega a la casa. su estadía en la playa se prolongó un par de semanas más –el arrendatario les dejó quedarse por el mismo precio-, así que compartíamos sin interrupción ni intromisiones ajenas.
pasaron los días y la llegada de la ceci y los chicos era inminente. temía que no me comprenderían, que no nos entenderían, que se lo llevarían de aquí. lo hablamos mucho y, como siempre, sabía tranquilizarme y alejar de mi las angustias si no nos entienden es porque no te quieren y no te conocen… como yo. las cosas más insospechadas pasan y nos cegamos ante ellas, por temor a lo que no conocemos. la ceci es sensata, y es una buena persona. seguro entenderá... pero si crees que realmente no, tienes que ver que es importante para ti y qué hacer al respecto. de nada sirve angustiarse en vano.
lo pensé largamente, no era un tema fácil. estaba conciente de que no era algo normal –o por lo bajo, usual- conversar con el refrigerador, o tener ya sentimientos hacia el. por algo no lo había comentado con nadie. esto para mi tan trascendente, iba a ser a ojos de otros, demencia.
la ceci llega mañana. ¿qué hacemos? y con calma me contestó tu ya sabes que hacer, creo que ya tomaste la decisión… y sabrás que, sea lo que sea, cuentas con mi apoyo.
no me quedó ya duda. ese mes y algo había significado para mi mucho más que cualquier otro. yo me sentía distinto, miraba y sentía todo de modo diferente. sentía un coraje que jamás creí poder tener. sabía lo que tenía que hacer. la decisión está tomada. y tenía su incondicional apoyo, no necesitaba más nada.
así que hice todos los preparativos. tenía el lugar, todo lo demás podíamos solucionarlo juntos en el camino. apenas eché un par de cosas en mi bolso. todo lo demás me parecía insulso y carente de importancia.
le expliqué el plan, a lo que, consecuente con sus palabras, concordó con aplomo. 3 horas después ya estábamos camino a nuestro refugio, esperaba llegáramos antes de que anocheciese para instalarnos bien, que no sabía que podía pasarle tanto rato sin su suministro vital. llegamos sin más inconvenientes que las interrogantes –que diplomáticamente evadí- del chofer del camión acerca de un tipo que se mudaba sin más que un par de pilchas y un refrigerador.
esa noche sentí por fin que no podía haber más felicidad que aquella. tendríamos todo el tiempo del mundo, y ninguna explicación que rendir.

a las 5 de la tarde del otro día llegó mi familia. la casa estaba vacía, y en la cocina no había más sonido que el vibrante zummm de las luces.
Solo e inacabado, en un círculo, vuelta al inicio, sucesos sucedidos.
Solo entiendo el mareo en cama, el mar se ha hecho demasiado ancho para mí.
Solo que quizás se lo comieron, solo que quizás si que fue así.
Solo tú emerges de la nada, me eres irrepetible o más bien inexistente.
Solo hasta aquí soy yo y me pertenezco.
Solo hasta aquí.
Solo se permite el sondeo de las moscas-
que es lo mismo que escucharnos mutuamente hablar de nada.

21.11.08

Telas y Arañas

He estado observando una araña que mantengo viviendo en mi baño. Son las arañas muy sabias y prácticas, pacientes por sobretodo y lógicas además, su paciencia es su fuerza, su paciencia y su esfuerzo es la perfecta armonía entre ataque y defensa. Construye la araña redes y redes de telas que no sólo la protegen de los posibles ataques del exterior sino que transforman a posibles amenazas (depredadores, competidores de alimento o apareamiento) en alimento, que la hacen más fuerte y la mantienen viva.

La araña ha llegado a un desarrollo de su técnica de una forma magistral, creando redes tanto repele como atrapa, te mantiene a distancia, lo suficiente para que no la toques, lo suficiente para alimentarse de ti (si eres una mosca o una polilla claro).

Cosas que pueden contra la araña:

-.Un ejercito de soldados cuyos soldados sean lo suficientemente pequeños para no ser percibidos por ella ni atrapados por su red, es decir, soldados prácticamente invisibles o indetectables.

-. Un gran soldado cuyo ataque supere el nivel de protección que brinda la red.

-. Otra araña – y esto es la posibilidad más terrible -, otra araña que tiene la posibilidad de circular por su red. Claro aquí esa araña tiene menos posibilidades debido a que no conoce en su totalidad la red por la que circula, no conoce por ejemplo que caminos son pegajosos, cuales no, y que callejones no tienen salida. En este sentido, un agente que conoce la red de otro es completa, potencialmente hablando, mortífero.

-. Algo que sea más cercano a la araña que su propia red, como sus hijos que crecen lo suficiente para devorarse entre ellos y a la madre.

-. Por último, y a diferencia de tales “cosas que pueden contra la araña” antes nombradas que tienen la posibilidad de acontecer o no, existe el tiempo, que todo lo termina, ante el cual todo se derrumba.

La araña está sola y crea a partir de ella misma una red a través del espacio/tiempo que une puntos estratégicos, los pilares que la sostienen.

En comparación con nosotros, que no podemos proyectar físicamente una red (como sí puede Peter Parker) creamos nuestra red en los contactos cotidianos que hacemos, y esta red se distribuye a su vez de manera estocástica a través de diversas geografías en distintos instantes. La araña y su red, son una misma cosa, así nosotros crecemos y nos enriquecemos tanto cuanto más crece nuestra red - cuantitativa, cualitativa y geográficamente.

No debemos olvidar a su vez, que nosotros somos un nodo de la red que es reflejo de cada uno de los nodos de la red que nos mira, construimos a la vez que somos construidos y somos el reflejo de todo lo que reflejamos, como una red donde cada nodo son diamantes y a través del cual su imagen prismática contemplas la imagen de todos los demás y lo único que ves es el reflejo del único ojo que mantienes abierto para verlo con mayor atención, con un enfoque unidireccional. En ese estado contemplas todo cuanto existe desde ti mismo, o sea, mides la realidad usándote como unidad de medida fundamental. Pero cuando abres el otro ojo y puedes contemplar estereoscópicamente el panorama completo y dejas de medir de una forma tan ingenua para comprender que o se juega, o se mira, pero que a su vez el juego se compone de mirar/jugar y viceversa, que es una dialéctica constante que al ser comprendida te impulsa como un pequeño cañón de manera tan seguida que sientes lo que se llama “el flow” de la existencia, un dinámico y constante ir y venir rodeado de aire, y como ameba, te das cuenta jamás estuviste separado del medio, eres parte de él, resultado de él y trabajas para él.

Cada hilo de la red es un entramado de visiones y corrientes por donde cruza el fluir, o te mueves a través, la forma de enriquecernos consta de crear redes donde no hay espacios, que fortalece tanto o incluso más que el fortalecer una red hasta engrosarla y engrosarla. En este último caso, cabe la posibilidad de que ese hilo se corte debido al peso y se transforme en tan sólo un recuerdo de unión, como una amistad que al compararla con toda la existencia no dura sino un nostálgico suspiro.

Somos poderosos en cuanto nuestra red nos protege y alimenta, y somos poderosos para que nuestra red pueda protegerse con nosotros y alimentarse de nosotros a su vez, una constante retroalimentación alterna y dinámica sin un orden o patrón hasta ahora conocido, por mi al menos(...)

Al fin y al cabo, las redes son tan sólo una concepción, lo más seguro es que si contemplásemos the real reallity sería como ver un plano en blanco, completamente uniforme pero que aún así da la apariencia de profundidad, una profundidad que te hace dudar si viste todo o viste nada, si puedes verlo, no la viste, si puedes conceptualizarlo, no lo viste, si lo viste no lo viste, si no lo viste, tienes la idea de poder verla, no la has visto, ¿Cómo se ve? ¿Qué cosa? Basta de divagaciones, volvamos a la red.-

(...) [!] (...) [Suspiro] Ciertamente no tengo más que acotar, pero quiero dejar un pequeño acertijo, dice así:

En nuestra sociedad, todos somos la red, ¿pero quién es la araña?

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PS: por cierto, Pachito esta quedando espectacular!!!!!

espia sovietico 6- Oh, Babylon, if i forget you...

Memphis, Tenessee, blancos locos confederados, esclavos negros cosechando el campo, cantando unos blues en la noche a escondidas del patrón; sí, a ese tipo parecía habérsele soltado una teja, pensaba Pachito mientras apagaba un pucho en el cenicero, tan elegante que daba pena llenarlo de cenizas. Esquivando la muchedumbre de vaqueros tejanos venía Vincent Vaima, con los ojos entrecerrados después de haber estado casi veinte minutos en el baño. Se sentó en su puesto sin mirarlo, y bebió un trago de absenta. Pachito le dijo algo simpático, pero Vaima permaneció indiferente. Entonces Pachito se zampó su vaso de una. Le molestaba la indiferencia. Decidió abstraerse un poco de los vasos vacíos de su mesa y se volteó para mirar a su alrededor. Era un tugurio bastante acogedor. El techo era bajo y cavernoso, lleno de luces azules, humo de cigarrillo y esculturas afrodisíacas. El escenario estaba vacío y había música de fondo. La gente conversaba tranquilamente en sus mesas, sobre mujeres, armas, política y caricaturas. En la mesa de al lado había dos sujetos misteriosos, corpulentos y trompudos, que miraban a su alrededor con recelo. Llevaban barbas cuidadosamente afeitadas, un par de aretes estratégicamente colocados y peinados estrictos; parecían hechos a la medida. En cierto momento, la mirada de uno de ellos se cruzó con la de Pachito y sintió un escalofrío.

-Va a empezar –dijo Vaima, con su voz de ultratumba.
-Pide más absenta

Una camarera rubia y con un lunar junto a los labios les dejó dos vasos llenos, un guiño y un velo de sensualidad que dieron paso al silencio en las mesas y a la oscuridad. Unas luces rojas se derramaron sobre el escenario. Había tanto silencio que podían escuchar el sonido de múltiples cigarrillos despegándose de múltiples labios. Vaima no pestañeaba. Una silueta de curvas tranquilas apareció desde el fondo del escenario, vestida de frac, con un sombrero y un bastón. Caminó decididamente hacia el borde, sus tacones resonaron por toda la estancia. Vaima pestañeó. Una música enajenadora, un poco enfermiza, hacía bailar a la silueta sobre el escenario. “Natalia” pensó Pachito. “O´Toole” pensó Vaima. Las luces se encendieron con un chasquido y el local entero estalló en frenesí; se oyeron gritos, chiflidos, una música manhattaniana a todo volumen y tragos al seco. Allí estaba Jane O’Toole, la bailarina del Babylon´s, con sus movimientos precisos, sus roces precisos, sus miradas precisas y la forma de sus pechos intelectuales insinuándose debajo de la camisa y la corbata. Esa noche, Jane era una mujer soberana, que se reía detrás de alguno de sus disfraces, no precisamente del que llevaba en ese instante, pero de alguno de los que solía llevar entre todos los ojos que deliraban con su piel abrumadoramente blanca.

-Dos más, por favor –pidió Pachito.

Vaima había desaparecido. Pachito buscó por todos lados y no lo encontró. Los sujetos de las primeras mesas aullaban como perros hambrientos, la música subía de nivel cada segundo que pasaba; se volvía más saturante, más atropelladora, la trompeta parecía agonizar escandalosamente y había un par de magnates que conversaban sobre el espectáculo, hijos de puta. Pachito cerró los ojos y se sostuvo la cabeza. De pronto los abrió y advirtió que los dos sujetos de la mesa de al lado también se habían ido. Miró alrededor una vez más. A pesar de la música, todo había caído en un momentáneo estásis. Se apagaron las luces y la absenta en su sangre hizo estragos. Estaba realmente mareado. Se escucharon gritos, murmullos de desconcierto, reclamos enfurecidos. Pachito se levantó y el mundo entero le dio vueltas. Volvió a sentarse, buscó su pistola en la gabardina, escuchó tres balazos, un grito despavorido y varios vidrios haciéndose pedazos.

20.11.08

Antropología es...

Para mi, es como

La base social a nivel cultural que me confiere autoridad casi médica para decir "tirarse hongos es genial"..

El pilar de apoyo para cuando el conocimiento me parece burdo y absurdo, porque es necesario primero saber eso para apoyar la antropología...

Un canto de ave, que por la mañana me dice "la pute merde" (porque siempre terminana llevandola los franceses) .

Un gran paraguas (esto no amerita mayor explicación)

Una eximisión de las conversaciones

Una eximisión de la eximisión de las conversaciones

en cuanto hablamos de contradicciones, en todas nuestras experimentaciones...

dando lecciones.

La ciencia por excelencia, si tomara en serio a Bourdieu (y sus coterraneos).

Una carrera, un cartón, o papelillo tal vez...

Un tic más en el burocrático papel que debo formular para alcanzar el yagué.

Un título de nobleza moribunda, de nobleza entre noblez tan noblez que siendo aún noble te sientes aún más noble que la nobleza.

Una broma con buen cuerpo.

Un imán para las deudas.

Un lago con muchas truchas.

Una montaña rusa, no mentira.

Representa la ruptura, la ruptura, la ruptura.

Espía Soviético V - Jane's Addiction.

La noche se había cerrado sobre Chicago. Pachito vistió sus ojos de Danilo, masticando aún la cátedra que había escuchado. Como le hubiese gustado destruir ese capitalismo enfermizo con lo que había aprendido en la Lumumba. Entró en el bar sin fijarse en el nombre ni en la luz ni en dirección. Como le hubiese gustado pintar de rojo aquel salón plagado de latinoamericanos traidores. Se sentó precisamente donde debía sentarse. Como le hubiese gustado olvidar su maldito pasado. -'Un scotch'-pidió, y antes de que le sirvieran el vaso corrigió: 'No, la botella'. Pagó los treinta dólares deteniéndose un segundo a mirar las caras de los presidentes, se sirvió un vaso y miró al imbécil que tenía al lado. Su cara no podía ser más estúpida, alargada como una bala, los ojos demasiado pequeños. Asi que así se ve un acromegálico, pensó. Se sirvió otro vaso y se acercó su rostro al del tipo.
- Esta ciudad esta llena de imbéciles - le dijo - ¿No cree?.
- Este país está lleno de imbéciles, y los que no lo somos venimos a deshacer la diferencia en whisky. ¿No prefiere el bourbon?.
- No soy de acá - contestó Pachito tajante. - ¿Usted sí?
- Nací en Memphis. Cuando Memphis era un pueblito de negros albinos. ¿Entiende?
- Claro. También conocí tipos así en mi país. ¿Quiere un trago?
El tipo asintió y tomó lentamente el whisky. Parecía dudar, como si le recordara algo. Pachito se fijo en las marcas del brazo y se decidió a ser más agudo.
- ¿Sabe que deberíamos hacer? Olvidarme yo del maldito profesor y usted de la maldita heroína, tomar la botella e ir por un par de mujeres. Chicago esta repleto a esta hora. - Pachito sabía de lo que hablaba, y al tipo le brillaron los ojos.
- Me han hablado de una bailarina. Quizás usted me pueda ayudar a encontrarla. Trabaja en un lugar llamado Babylon's. Su nombre es...
- Jane O'Toole - interrumpió Pachito -, usted no tiene idea de los sueños que he tenido sobre ella.
Asi que es a ella a quien busca, pensó. No pudo resistirse a la idea, estúpida idea, de llevar a Vaima con Nadia y que ella, sí, ella, viera que era un héroe. Tanto entrenamiento, y seguía imaginando las mismas cosas que a los quince. Pachito se rió de su propia imbecilidad, pero su ego era muy testarudo.
- Danilo Errázuriz - le dijo al tipo mientras salían del bar - . De Santiago de Chile.
- ¿Santiago? El general es un gran tipo, - le estrechó la mano - Vincent Vaima.
- Sí, el general es un gran tipo. - Pachito ya sólo era Danilo, el whisky pensaba por él, y sintió que la 9 milímetros le hacía cosquillas en la sobaquera. Por alguna razón, en el camino hacia el Babylon's hablaron de Maradona y no de Jane O'Toole, que se transformaba poco a poco en Helena de Troya.

19.11.08

Raw Power

Excelente disco de los Stooges

(Que compre y subí a internet para tener una copia de seguridad)


XD

Here

Stunard

18.11.08

Lo Posprocesal y el sabor del eucalipto. Un tratado de teoría y cocina.

Hubo una época en que el mundo estuvo dominado por una serie de gringos malvados, como Binford y Leslie White, y la arqueología se llamaba Procesal. Ellos eran muy arrogantes y ñoños y gringos, y estudiaban las prácticas mortuorias y la variabilidad cerámica bajo un enfoque materialista vulgar, como diría nuestro amigor Trigger. Por ejemplo, postulaban que las funberia era un reflejo inmediato de la estructura social, como si Marx hubiese inventado una receta de cocina. Con una serie de investigaciones, como aquella en los cementerios victorianos, las grandes premisas con las que trabajaban se fueron al suelo. Fundamentalmente, su afán por aplicar leyes universales en todos lados igual se frustró. Y como buena frustración, dio paso al opuesto: objetivos locales y específicos que durante la era procesal eran menospreciados porque no permitian generalizar. 
¿Y que viene despues de lo procesal? Lo postprocesal, como lo postmoderno o postmarxista. Y es preciso entender que si bien ese término hace referencia a una concepción distinta de la arqueología, también es (como diría Quiroz) un graaan paraguas (no de los que le gustan a ché pablito, de los otros) en donde caben por ejemplo la arq. marxista, feminista, indigenista, idealista, etcétera. Los niños símbolos, como lo había sido Binford para los procesales, eran Tilley, Christopher y el más importante Hodder, Ian. Ambos eran ingleses, por lo que tenían una concepción de la disciplina mucho más vinculada a la historia, y a partir de eso aparecen las dos nuevas variables que van a sostener el enfoque:
  • El Individuo Activo
  • El Contexto Histórico.
Más o menos todo lo empieza Hodder, haciendo etnoarqueología con los Baringo. Ahí tira una serie de tesis que quiebran lo que quedaba de orgullo procesal (aunque como dijo Sanchez, los procesales morirán procesales). Lo más importante de lo que aprende con los africanos es que la Cultura Material no tiene una relación directa con la estructura social de la forma simplista en que se había planteado hasta el momento, sino que esta profundamente influida por el aspecto Ideológico de la sociedad. Entendamos que si bien White y Binford manejaban el aspecto ideotécnico de la cult. material, era una cuestión secundaria que Hodder ve como fundamental, especialmente al momento de estudiar conflictos internos y procesos de diferenciación entre distintos grupos. Además, como estudio hartos pueblos del sector, se dio cuenta de que pese a pertenecer a etnias o grupos distintos, podían tener una cultura material homogénea. Así, nosotros que somos chilenos usamos los mismos computadores que los vietnamitas, y no vamos a decir que somos la misma huevá. Aunque a algunos comunachos les gustaría.
En fin, Hodder y sus amigos (todos menos pulentos que la comuna), ya no quieren buscar explicaciones y leyes absolutas sino INTERPRETACIONES. Y pone en duda 3 relaciones fundamentales de los viejos Nuevos Arqueólogos.
  1. Causa ---> Efecto
  2. Conducta ---> Cultura Material / Registro
  3. Hecho ---> Teoría.
Y además cuestiona la aplicacion totalizante de categorías occidentales al estudio de los sitios. Se opta por una terminología menos cargada en términos de prejuicios (no decirle casa a una estructura si todavía no sabes para que se usaba y cosas así).
Muy bien, muy bien, hasta aquí todo muy bonito. Pero, ¿de donde sale? Porque Hodder era inteligente pero no se le podía ocurrir todo solo, y aunque fuera el caso no lo habrían pescado. La inspiración fundamental son los neomarxistas franceses de los sesenta y setenta. Como el ya conocido Claudio Meillassoux, Althusser y Godelier. La premisa principal que obtienen es la de la existencia del conflicto en la sociedades simples, además de enfocar todo con un marxismo menos mecanicista, y aplicado a sistemas económicos distintos del capitalismo. Chori, ¿no?.
Eso era la influencia teórica. La influencia epistemológica venía esencialmente de Kuhn y PK "Pati Kelly" Feyerabend. Cuestionan el método, miran la cuestión de manera holística (o sea toda a pinturita y no la pura adaptación al medio o la pura funebria). Mi cuaderno señala aquí una declaración de principios del arqueólogo chileno Rodrigo Sánchez:
"A los posprocesales no nos interesan las estadísticas. "

Y así las cosas. El libro símbolo es Theoretical Archaeology: A Reactionary View, de Hodder en 1986, y le tira palos al funcionalismo, al ecologismo cultural y al estructuralismo. ¿Cuales? Sanchez no dijo. Pero lo importante es que lo hace. Al mismo tiempo Bourdieu plantea una herejía para los marxistas clásicos pero bien interesante para los procesales: los individuos pueden cambiar sus conductas de tal forma que cambie el hábito (o sea la norma conductual) y que eso se traduzca en un cambio en la estructura social. ¡OMG!

Entendidos la concepción, gestación y parto de la arqueología posprocesal/contextual, es hora de revisar sus conceptos fundamentales, muy bien enumerados por nuestro amigo el marsupial.
  1. Estudios Holísticos, no por partes porque no sirven.
  2. Rechazo a la distinción neo-evolucionista entre lo culturalmente específico y lo general. Todo es igual de importante
  3. Existen distintos principios estructurales que podrían influir en los ordenamientos materiales encontrados. 
  4. Los factores determinantes de la cultura material se resuelven pragmáticamente. O sea se ve el caso que se está estudiando, y no se piensa estupidamente que todo obedece a las mismas causas. La cultura material puede ser un reflejo, una inversión o una contradicción de la estructura social.
  5. Utilizan el modelo de estudios contextuales que aplicó por primera vez Leroi-Gourhan al arte paleolítico en 1968. No hay ciencia en esto: se toma en cuenta el contexto histórico y cultural a la hora de explicar.
  6. Importancia fundamental de las tradiciones culturales. A partir de lo mismo, se estudia la historia específica de los grupos. Incluso hacia adelante, o sea apoyarse en los herederos de esas culturas.

Como nota al margen, Bruce Trigger dice que hay una tensión entre dos tipos de posprocesales: materialistas (que ven las contradicciones sociales), e idealistas (que ven la iniciativa individual)

Ojala guste y sirva. Shalom!

17.11.08

The Rise and Fall...

of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars

David Bowie!



Se puede bajar diez veces.


Si no gusta hay pena de excomunion =)



espía soviético IV - Wake up pachito!

Las 11 con 42 de la noche y esto no podía estar pasando. Hace tan poco todo salía bien, Lucy y Tom encantados con Violeta y Victor, realmente agudizaban sus sentidos con Cantores que Reflexionan y Caminando, les encantaba, en parte por el sentido de lo prohibido que contenía el hecho de escucharlos y por supuesto por la magnificencia de sus obras.
-No puedo creerlo, no así, ¡No así!

No debía haber pasado así, Él había esperado, se había concentrado en su misión. Piece of cake, se decía así mismo, piece of cake. Pero por la puta, por la maldita puta, y es que, había sido una puta.
No contento con las andanzas de estudiantes Pachito fue a buscar toda la información que podía donde sabía que podía encontrarla, en las putas.
Pero no debía ser así, debía encontrar alguna, y hacer que hablara, que dijera lo que tenía que decir, un número, alguna dirección, amigos, familia, ¡lo que fuese! pero no fue así.

Llegó y lo primero que pensó, piece of cake. Pensar en ingles le costaba cada vez menos, sí , recordaba que le costaba cada vez menos.

Las balas pasaban cerca, el silenciador era como un mosquito mortal, el sonido del silencio rasgaba el viento al lado de su oreja derecha y lo único que pensaba era que esto no puede terminar así.

La puta le había dicho que le diría todo lo que quisiera después del trabajo, le daba por hablar después de unos cuantos orgasmos, tenía que hacerlo bien. Por supuesto le cobraría el doble. "Es mejor pagar, así me evito problemas", problemas Pachito, grandes, gigantescos -acromegálicos- problemas. Las putas siempre tienen un junkie.

El gigante detubo su Desert Eagle .50 semi-perzonalizada con un silenciador que haría a un cañon sonar como un suspiro.
Pachito tenía una hermosa mujer en sus brazos, su piel uniformemente blanca revelaba un origen septentrional, pero aquí y allá ya tenía leves marcas de su cada vez más constante interacción con el sol. Sus tetas, blancas todabía, como el invierno de su tierra natal, Nadia, no, Jane, era toda una mujer, toda una mujer inconciente en los brazos de un pobre hombre con mucho miedo de morir.

-¡Esto no puede terminar así!

...
...
..
.
.
.

-Wake up Pachito! French Toast, your favorite it!

El sueño era cada vez más recurrente...tengo el presentimiento de que hoy veré una puta.

espía soviético III - pachito toma cocacola

Al avión subió Pachito y bajó Danilo. Tendría que arreglárselas con el chapurreado inglés que aprendió escuchando a los Beat 4 y a los Vidrios Quebrados.
Se sentía algo temeroso, pero no por la razón que lo despidió de Moscú. Friedman era tarea fácil, y sino resultaba ser así, ya no le importaba tanto. Mas temía por encontrar a Nadia. O que Jane no fuese su Nadia.
Pero debía concentrarse en lo práctico ahora.
Llegar a la universidad a la que iba de ‘estudiante’, registrarse, conseguir alojamiento y contactar alguno de los 6 que tenía anotado en un papel, marcando la página 73 de Das Kapital, cuidadosamente guardado en su maleta.
Pachito presentía que el juego del que estaba siendo parte no terminaría en buen puerto.
Se registró sin problemas, consiguió una habitación donde compartiría un departamento con una chica de Nueva Orleáns y un neoyorquino –esto de los gringos de ponerle el new a las ciudades, pensó- . No demoraron en hacer buenas migas. Lucy estudiaba literatura, y Tom estaba tomando cursos de arte y cine. Compartían el gusto por los clásicos, bueno, sus clásicos. Pachito había crecido leyendo a Melville, a Faulkner, a Joyce, a Dostoievski, escuchando a Charlie, a Dizzie, a Ella, a Duke, a Fred, viendo a Wells, a Hitchcock, a Chaplin, a Buñuel, a Lang, a Ford, a Bergman… en fin, tenían mucho que compartir. Él prometió les mostraría la música de su natal Santiago, los dejó escuchando los vinilos que llevaba consigo de Violeta y Victor –por mientras- y partió a llamar a uno de los seis. Pero no a Nadia, no aún.
Contactó a un tal Pietr, o Robert. Quedaron de juntarse en cuarenta minutos en un café en Rochester con la 4ª av.
Pachito, perdido en sus ensoñaciones o entrampado en su inglés, se perdió en el camino y 15 minutos pasados los 40 se sentó con Pietr, que ya llevaba la mitad de un café. Su cara le era muy familiar pero no supo recordar de donde.
Pidió una Cocacola para él –when in Rome, do as the romans do- y esperó instrucciones.
Pietr le dijo que ellos estaban al tanto de la presencia de tres de los seis. Tendría que asegurarse a todo costo pasar desapercibido, contaban con él para seguir a un tal V.V. y averiguar tras qué o quién andaba. Friedman llegaría a California en 3 días más.
Pachito tenía 3 días para terminar de mostrar a Lucy y Tom los discos, encontrar a V.V. y terminar con Friedman. Y claro, conocer a Nadia.

16.11.08

Espía Soviético II

2

Vincent Vaima salió del Aberdeen’s con las manos en los bolsillos, sintiendo la suave textura de la heroína que acababa de comprar. La tarde estaba poniéndose helada. Se detuvo frente a la vitrina de una tienda de antigüedades, observando una de esas viejas radios a tubo que le recordaban el sol calcinante de un Mississippi que ya no existía, la casa junto al río, los campos de algodón llenando la vista en todos los puntos cardinales, y su padre, sentado junto a la puerta, armando un cigarro mientras la radio transmitía algo de un país muy lejano, de ejércitos rojos que avanzaban sembrando el terror, de un rey que había sido asesinado a sangre fría, la gente que corría asustada y el fantasma del comunismo que se imaginaba como un señor alto y muy delgado, de bigotes muy largos y siempre sonriendo. Por las noches todas las sombras de su pieza adoptaban su forma; las curvas sinuosas de su cara, muy larga y afilada, aparecían en todos los rincones, sonriéndole con sus dientes de oro, de oreja a oreja.
-¿Sr. Vaima?
-El mismo.
-Venga conmigo.
El tipo era un viejo chico, de sombrero y sobretodo, que no miraba a los ojos. Contrastaba con la altura exagerada de Vaima, los brazos largos que lo hacían parecer deforme, los ojos claros, casi sin pupila, y la cabeza rapada.
Lo siguió por la avenida casi vacía durante mucho rato, el viejo no lo miraba y no le decía nada, parecía haber olvidado su presencia, algo que Vaima no podía soportar. Por fin el viejo se detuvo en un parque, junto a una cancha de baloncesto donde había un hombre sentado en la banca. Apenas los vio llegar, se levantó y fue hacia ellos.
-Este es el señor Bolt. Colaborará con usted en el asunto.
-Mi nombre es Vincent Vai…
-Ya sé su nombre –dijo el sr. Bolt. Era un hombre imponente y tenía una voz grave y profunda-. ¿Sabe en lo que se está metiendo, sr. Vaima?
-Sí, ya se lo explicamos –se apresuró a decir el viejo chico-. El sr. Vaima no tiene entrenamiento, tiene un largo historial de narcotráfico, es adicto y padece de acromegalia. Pero es un genio militar. Hace poco atrapó a dos espías rusos en el aeropuerto por sus propios medios.
-Que gran americano –se burló Bolt.
-Bueno, vamos al grano –el viejo sacó una foto de su bolsillo-. Esta mujer es Nadia Davidova, alias Jane O’Toole. Es una espía rusa. Se hace pasar por bailarina del Babylon´s y vive en la avenida Rochester 5350W, en el 39 del edificio 5.
-¿Qué quiere que haga? – preguntó Vaima.
-Síguela. Conócela. Averigua algo sobre ella. Nos es más útil que se mantenga convencida de que aún no ha sido descubierta. Tú sólo síguela. El sr. Bolt se encargará de todo lo demás.
-Esta es la dirección de mi oficina –Bolt le alcanzó un papelito-. Espero verlo pronto por allá.
-Confíe en el sr. Vaima. Es de los mejores.
-No confío en la gente del sur.
Vaima advirtió que ambos lo miraban fijamente, con una mueca cínica en el rostro.
-Bueno, puede irse, amigo –dijo el viejo chico-. Si necesita algo, vaya a lo de Bolt. Si yo le necesito, sé donde encontrarlo.

Vaima se alejó por uno de los callejones traseros del parque. Desde algún lugar llegaba una música tenue, como desde el fondo de la tierra, una música de trompetas, de dedos oscuros que se prolongaban sobre el marfil, llenas de swing. “El Cimarrón” se leía junto a unas escaleras que llevaban a una estancia subterránea. Vaima se quedó un rato junto a la entrada, escuchando. “Música de negros” pensó y desapareció en el callejón.
imperan aquí los de siempre
(no sacias jamás el hambre)
los fuerinos se vuelcan a tu espalda para acuchillarte.
-por la boca muere el pez
eso te dijeron
los escuchaste?
-aquí donde los débiles se subyugan
eso tu dijiste.
y eso mismo escucharon.
ya no queda nada por sembrar y sigues laboreando la tierra que parece más bien arena que la levanta el viento y se la lleva consigo para dejarte sin nada
ahí tu con tu rastrillo en mano
jurando que vuelve que vuelve
pero no te mientas más;
imperan aquí las bestias de siempre
las tuyas
y esperar como siempre no basta.

Espía Soviético.

En 1985 hacían ya varios años desde que Pachito había partido hacia la Lumumba, atrapado por la ilusión del socialismo que hervía en Santiago (de Chile y de Cuba), se había hecho llamar Piotr y también, aprovechando, había acostumbrado su paladar al vodka moscovita. Cinco años, para mayor exactitud, de los cuales solo uno y medio había intentado comprender a sus profesores sobre la extraña literatura panfletaria soviética. Para su segundo abril en Moscú, una cosa había llevado a la otra y Pachito entraba a las filas de la KGB, soñando quizás con llenar de cianuro el café del domingo de Ronald Reagan, o con conocer una doble agente llamada a veces Nadia y otras Jane que fuese dueña de sus noches en Berlín, cuyos pechos pálidos e intelectuales pudiesen ser tan perfectamente de Chicago como de Stalingrado, y contarle que en verdad se llamaba Pachito y que tenía una madre en Santiago (de Chile), y que su padre había sido Demócrata Cristiano y había apoyado el golpe y se había arrepentido. Así, en los últimos tres años y medio había aprendido a disparar ametralladoras, subametralladoras, escopetas recortadas, hondas, morteros y cerbatanas. También se había convertido en primer dan de Judo, Chi Kung y once variaciones de las artes marciales rusas. Para 1985 manejaba cinco idiomas, además del ruso y el español, conocía el protocolo de todas las cortes y de todos los bajos mundos, y también había aprendido que decirle y hacerle a una mujer para que esta entregara cualquier tipo de información que necesitara. Pachito sabía técnicas de tortura, sabía de encubrir asesinatos, sabía de destruir familias. Pero el ignoraba eso y mantenía su sueños sobre el socialismo y sobre Nadia o Jane, y cada vez que miraba a Reagan sentía que por fin algún chileno haría algo de verdad. Así estaba Pachito en 1985, cuando el alto comando de la KGB le había asignado, por petición específica de Gorbachov, la misión de aniquilar de una vez por todas a Milton Friedman. La URSS quería, esta vez, una victoria intelectual como no la había tenido desde el '29, y Pachito parecía el indicado.

Salió de Moscú, bajo el nombre de Danilo Errázuriz, el 10 de Agosto de 1985. Llevaba en su maleta una pistola, una tarjeta que lo identificaba como estudiante, diez libros de economía (incluido Das Kapital comentando por Vladimir Lenin), veinticinco mil doláres en efectivo y una lista con los nombres de seis agentes que podían ayudarlo en América. No la revisó, por miedo, hasta que estuvo en el avión a Chicago, y observó que efectivamente en el cuarto lugar aparecía Nadia Davidova. Entonces se juró que la vería sólo si las demás opciones se habían agotado, por temor a que correspondiera efectivamente a una tal Jane. ¿Jane?. Había que pensar en todo, especialmente con las mujeres. Se durmió después de la escala en Frankfurt, y soñó todo el viaje con las tetas de Nadia y con el vodka que probablemente en América sería una mierda. 'Imbécil', se dijo cuando despertó, 'Eres un imbécil'. En el fondo estaba contento porque tenía un trabajo inhumano, pero seguía soñando con tetas y vodka como cuando tenía dieciséis.

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Ya, ya, que siga.

Demosle sabor a Pachito.

13.605.421-k

... tres, cuatro, cinco, seis, siete. Todo se reducía a números. Rápido bajaba las escaleras y contaba los segundos para que llegara el metro. 247 segundos de espera despues, dió 8 pasos y se sentó en el asiento 7 contando desde el 1ª de la 1ª fila, de izquierda a derecha. Leyó 1301 palabras del diario, suspiró 4 veces y miró por la ventana 0 veces. 20 minutos y 20 segundos de trayecto lo llevaron a subir 36 escalones y 1 escalera mecánica. Caminó 3 cuadras, saludó a 2 personas y compró un paquete de 20 cigarrillos hasta que llegó a su oficina. En el ascensor, subió 9 pisos y entró a la 5ª puerta de la izquierda. Hasta entonces había pronunciado 13 palabras desde su levantada, a las 6:59 de la mañana. Leyó 15 páginas de memorandums y cuentas del trabajo. Los gastos en clips habían subido un 15%, tendría que hacer algo para remediarlo... Absorto en su trabajo estuvo durante 4 horas, hasta que sonó la alarma de la 1:00 y bajó 8 pisos al comedor. Recogió una bandeja, 2 cucharas, 1 cuchillo, 1 tenedor y 2 servilletas. El menú de ese día eran lentejas o pollo arvejado con puré, y fruta o queque. Eligió lo primero que vió: lentejas y queque. Tomó 2 vasos de jugo, 1/2 queque y 9/10 del plato de lentejas. Dejó su bandeja después de caminar 11 pasos, en el 8ª lugar del montón. Se dirigó a la 2ª puerta y volvió a subir los 8 pisos. Fumó 3 cigarrillos, uno tras otro, con 9 segundos de diferencia entre ellos. Volvió a su cubículo y prendió su computador. Hizo 87 cálculos matemáticos y tipeó 1058 números. En eso ocupó 5 horas. Sonó su alarma, intercambió 1 palabra con 1 cotrabajador, bajó 9 pisos y 7 escalones. Caminó 3 cuadras, en el camino se fumó 3 cigarrillos y 1/2. Dió $100 a un "8 horas al día" ciego. Bajó 1 escalera mecánica y 36 escalones. Esperó 9 minutos y 12 segundos al metro. Subió al 5ª vagón y de pie estuvo al lado de una silla, la 8ª desde atrás hacia adelante. 19 minutos y 58 segundos despues, había leído 304 palabras tamaño 18 de titulares del diario. Caminó 45 pasos hasta la escalera. Demoró 1 minuto y 15 segundos en subir los 10 metros desde la altura del subterraneo a la de la ciudad. Tomó el 4ª taxi que pasó y despues de 14 cuadras y 10 minutos, le pagó $800, dijo 4 palabras "Pedro Montt con Moneda", hizo 2 llamados telefónicos a los teléfonos 2338006 y 09-4441960, de 4 minutos y 16 segundos y 3 minutos y 59 segundos respectivamente. Pensó en lo que hacía 0 veces. Compró un plato preparado de pastel de papas a $1200. Subió 5 escalones y 4 pisos. Dió 2 vueltas al cerrojo, caminó 8 pasos hasta la cocina, calentó el plato por 1 minuto y 1/2 y lo comió en 5. Atravesó el pasillo hasta la 2ª puerta, se sacó sus zapatos y desabotonó los 7 botones de su camisa, el botón del pantalón y se acostó. 51 segundos despues dormía.
Al otro día, el hombre repitió el proceso del día anterior, hasta que llegó su hora de almorzar. En vez de bajar 8 pisos, subió 6, salió a la azotea, fumó 2 cigarrillos, caminó 5 pasos hacia el borde y saltó.
4 segundos despues era visto por un transeunte con celular, 328 segundos despues, una ambulancia lo lleva directo a la morgue, donde está por 1 semana para ser recogido.
14 horas despues, otro hombre lee 17 palabras, tamaño 11 en la página 3 de un periódico mañanero acerca de los últimos 2 minutos de quien le precedió.

15.11.08

especial de deglución

El fauno y el súcubo

Mientras hablaron no se dijeron nada, pero utilizaron muchas palabras. La miraba intrigante, pero ella esquivaba los ojos y fingía no haber visto nada. Reía y comenzaba inmediatamente a hablar de algo sin importancia, como para matar ese silencio en el que se tejían insinuaciones. Apenas se le consumió el cigarrillo, corrió hacia adentro a terminar su trabajo, como si fuera cosa de vida o muerte. Él, entonces, subió a su habitación y sacó su pequeña flauta de su estuche de cuero. Comenzó a tocar una melodía tenue y enajenadora, prolongando las notas, llevándolas hasta el infinito, unas a otras se superponían mientras unos pies, ya desnudos, hacían crujir los peldaños de la escalera, todo era una única música, se fundían en una misma melodía llena de armonía, el canto de la flauta, sus pechos desnudos, sus ojos desorbitados. Cuando apareció en el rellano, ya se había soltado el cabello, su camisa se deslizaba por sus brazos en una plácida lucha por desvestirse, y en los peldaños iba quedando una pila de cadáveres, blue-jeans, calcetines, un suéter verde de algodón. Llegó al umbral con los ojos blancos y sin expresión en la cara, lo tomó del cuello con una gran violencia y una sensación le recorrió los labios. Él sintió que se hundía y se hundía, caía hacia otro lugar, hacia una especie de superficie blanda que no aguantaba su peso, pero que se estiraba hasta el infinito; se estaba perdiendo entre la piel de esa mujer abismal, poco a poco, hasta que finalmente sus muslos se lo terminaron de tragar, sin dejar rastro.

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Oficinista en su tinta

Está somnoliento en su oficina, archivando los últimos recibos del día, revisando los últimos correos e imprimiendo un pagaré que le han pedido que dejase sobre la mesa antes de que se vaya. A través de las persianas del tercer piso observa la ciudad sumida en su último y placentero ajetreo de las seis, cuando las calles, los metros y los cafés se llenan de gente cansada que vuelve victoriosa de la diaria odisea, mientras la impresora emite su vocecita frenética y la hoja se va llenando de caracteres. Observa a las secretarias caminando en pareja hacia los paraderos de la micro, a los ejecutivos conversando en alguna banca con los maletines sobre el regazo, a algún bohemio que camina solitario en una realidad distinta, todas las cosas en su cotidiano equilibrio y la satisfacción, mientras la impresora comienza a escandalizarse de un modo poco común, la hoja se arruga dentro de sus fauces y la máquina traga un par de hojas en completo desorden y comienza a vociferar descontrolada, a saltar sobre el escritorio, mientras las hojas, una tras otra, van ingresando y saliendo, desahuciadas, con una infinidad de aberraciones de tinta en ellas. Comienza a apretar botones indiscriminadamente, mueve el ratón y clickea una y otra vez, pero la impresora no deja de tragar y escupir hojas, como si fuese una aterradora matriarca pariendo vástagos deformes y llenos de miembros absurdos, hasta el punto en que sus convulsiones se vuelven apocalípticas, la oficina entera tiembla y se dibujan surcos amenazadores en las paredes. No hay nada que hacer, está desesperado, ha desenchufado el aparato pero no ha servido, y ya las ventanas se están trizando, observa hacia fuera pero todo sigue igual, allí están las secretarias debajo del paradero, los ejecutivos riendo y gesticulando, el bohemio fumando frente a una vitrina. Corre hacia la impresora y trata de contenerla con sus brazos, pero la fuerza animal de sus convulsiones lo arroja hacia un rincón y se queda ahí, cubriéndose el rostro, observando con impotencia a la gigantesca máquina que va hacia él, paso a paso, con sus fauces muy bien lubricadas.

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Cementerio de Trenes

Mi nombre es Gastón Gómez Gómez, 39 años, tengo sobrepeso y estoy cesante. Lo que me ocurrió en aquel nefasto día aún parece muy cercano; el recuerdo no deja de perseguirme y no sé a ciencia cierta si será la paranoia que me ha carcomido en los últimos días o si realmente alguien me vendrá a buscar pronto y me llevará ante su terrible presencia… Pero no puedo perder el tiempo especulando, pueden venir de un momento a otro. Mejor será relatar lo que vi de la forma más precisa posible. Fue en la madrugada del pasado 3 de Junio. Como había tomado el antigripal nocturno esa mañana por equivocación, en la segunda estación ya había comenzado a cabecear y en la tercera ya me había dormido. Cuando desperté vi que ya habíamos llegado a la estación terminal y que el tren estaba desierto. Las puertas se cerraron antes de que pudiera salir y el tren comenzó a moverse. Al comienzo me desesperé, pero luego pensé, en mi ignorancia, que el tren estaría unos momentos detenido y que luego reiniciaría la ruta en sentido opuesto. Pero no fue así. El tren comenzó a cruzar unas cavernas extrañas y desoladas; corrí hacia el primer vagón y golpeé la pared para llamar la atención del conductor, pero no me escuchó. Comencé a sudar profusamente y rápidamente me puse a especular destinos fatales, pensé que nunca volvería a la superficie. Pero el tren se detuvo y el conductor descendió. Me sentí aliviado y le grité para que me abriera la puerta, pero tampoco escuchó. Pensé que se estaba burlando de mi condición y me enfadé; comencé a golpear con fuerza la puerta y a chiflar, pero nada cambió. De repente toda la máquina se estremeció, como si hubiera estornudado. Entonces vi que el conductor volvía con un látigo y azotaba al metro, y que este reaccionaba retorciéndose grotescamente. Las paredes se movían en ondas sucesivas, como producto de una extraña deglución. Lo siguiente que vi hubiera llevado a cualquier hombre cuerdo a la locura: de la oscuridad salía una serie de funcionarios del metro empujando jaulas con hombres adentro, escoria de todo tipo, borrachos, vagabundos, orates y viejos. El procedimiento era el siguiente: un individuo era sacado de la jaula y arrojado a la bestia, la que, al ver su diminuta comida revoloteando y gritando en su gigantesco plato, arremetía con una especie de terrible compulsión y lo atrapaba en sus fauces. Uno tras otro eran arrojados los hombres al plato y cada vez que la bestia tragaba se sentía una gran actividad digestiva dentro del tren y yo no podía mantenerme parado. Cuando el metro pareció satisfecho, los funcionarios retiraron la jaula y llegó el hombre del látigo a azotar a la bestia para que se pusiera en marcha. Ésta ronroneó muy fuerte, dio media vuelta y se detuvo en el otro andén de la estación terminal. La gente subió al metro, algunos charlaban sobre cosas sin importancia, otros escuchaban música o simplemente pensaban en algo muy distante, ¡Pero nadie sabía lo que yo sabía! Sentí repulsión por todos aquellos seres ingenuos que pululan tranquilamente en las estaciones de metro sin saber cuál es el combustible que mantiene en funcionamiento a esta gran máquina de mierda que tarde o temprano nos va a aplastar. Somos nosotros. ¡Dios mío, somos nosotros!

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ché

mas jugo con pachito

-que lata en realidad escribir estas especies de tratados de poesía. Hay que tener cuidado nomas con no terminar dando charlas sobre poesía en esas tertulias donde la gente se sienta a escuchar con una mano en la barbilla, el ceño fruncido y diciendo "mmmm, sí. mmmm, sí"-

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Ya no sentía la necesidad de renegar la poesía para sentirse poeta. Si bien, presentarse ante todas las personas que conocía como “poeta” era una actitud decididamente pastel, lo hacía sentirse bien. Ya no estaba amarrado a ningún prejuicio existencial de su época. Los poetas de su época eran, por defecto, malditos, depresivos, escépticos y cínicos; no creían en sus palabras y consideraban que la poesía sólo servía para deshacerse de obsesiones personales, nada más. No había ningún valor detrás de las letras.
Pachito también era así, hasta que un día ocurrió algo que lo hizo cambiar. Algunos dicen que fue por tirarse un ácido, otros sostienen que fue por observar patos en una lagunilla allá en el sur, y los más simplones dicen que fue porque se enamoró. Ni Pachito sabe.
Esperó unos días en su habitación hasta que saliera el sol. Tomó sus cosas, se las echó al bolsillo y salió a recorrer el mundo, porque quería conocerlo. Así, con la vista escondida en algún lugar, los ojos pálidos de tanto encierro, las manos un poco secas, dos cigarros rezagados, un par de canciones arrugadas en el bolsillo, un elástico y un lápiz que en el camino se reventó, Pachito bajó a mezclarse con el mundo y se perdió detrás de la noche.

-Botero. Aurelio Botero –dijo, sin levantar la vista del diario.
-Yo soy Pachito. Soy poeta
-¿Poeta? Jaja, A ver, di algo poético.
-Sus ojos parecen dos ruibarbos.
-¿Eso es poesía? Bah, ni siquiera suena lindo.
-Sí, lo sé. Es que si lo pregunta, no sirve. Cómo un truco de magia, ¿Ve?
-Entonces, ¿Que es poesía?
-Lo que quiera escuchar cuando quiere escuchar algo. Aunque no lo quiera escuchar, pero no puede no querer escuchar nada en absoluto.
-No lo entiendo todavía
-Por eso usted es un poeta.
-Jaja, que disparate.
-La poesía es como la masturbación.
-¿Por qué como la masturbación?
-¿Usted nunca se masturbó?
-Cuidado, muchacho, me estás faltando el respeto.
-Hay mucha materia prima en el mundo, así como mucha poesía inconsciente, espontánea, colectiva. La poesía está ahí, incluso cuando nos evade. La ausencia de poesía, con el tiempo, se transforma en poesía.
-Nosotros dos nunca nos vamos a entender
-Más materia prima para la poesía
-¿Entonces la poesía es pura confusión, puro desentendimiento y desencuentro?
-¡No! Pero de ahí nace la poesía. Mire… la poesía es como una distancia.
-Ahora si que me confundiste.
-Cuando usted deja de hostigar al mundo y se resigna a su condición de humano, está haciendo surgir la poesía. Y ya tiene el mundo entre las manos, es como una paradoja. Después vienen la conversación, la risa, la euforia y las palabras finales.
-Todavía no me queda claro lo de la masturbación.
-¡Olvide lo que dije sobre la masturbación!
-Entonces explícame de una vez por todas qué es poesía.
-Este encuentro lo fue. Lo demás son sólo palabras.

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La cancion más facil del mundo

No tiene coro, son solo 2 notas, no alcanza a durar 1 min y es poca letra.
Yo quería escribir la canción más fácil del mundo.

Intro: Remaj7- La

Remaj7
Tus pupilas
Brillaron
La
Sólo una vez

Y la gente
Que había
Se calló.

Y el miedo
A perderte
Se pasó.

Y al final
Sonreíste
Sin entender.

Tus pupilas
Brillaron
Sólo una vez.

Y la gente
Que había
Se calló.


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ché

13.11.08

rumpelstinkin

por los hermanos grimm

Había una vez...... Un pobre molinero que tenía una bellísima hija. Y sucedió que en cierta ocasión se encontró con el rey, y, como le gustaba darse importancia sin medir las consecuencias de sus mentiras, le dijo:
-Mi hija es tan hábil y sabe hilar tan bien, que convierte la hierba seca en oro.
-Eso es admirable, es un arte que me agrada -dijo el rey-. Si realmente tu hija puede hacer lo que dices, llévala mañana a palacio y la pondremos a prueba.
Y en cuanto llegó la muchacha ante la presencia del rey, éste la condujo a una habitación que estaba llena de hierba seca, le entregó una rueca y un carrete y le dijo:
-Ahora ponte a trabajar, y si mañana temprano toda esta hierba seca no ha sido convertida en oro, morirás.
Y dichas estas palabras, cerró él mismo la puerta y la dejó sola.
Allí quedó sentada la pobre hija del molinero, y aunque le iba en ello la vida, no se le ocurría cómo hilar la hierba seca para convertirla en oro. Cuanto más tiempo pasaba, más miedo tenía, y por fin no pudo más y se echó a llorar.
De repente, se abrió la puerta y entró un hombrecito. -¡Buenas tardes, señorita molinera! -le dijo-. ¿Por qué está llorando?
-¡Ay de mí! -respondió la muchacha.- Tengo que hilar toda esta hierba seca de modo que se convierta en oro, y no sé cómo hacerlo.
-¿Qué me darás -dijo el hombrecito- si lo hago por ti?
-Mi collar -dijo la muchacha.
El hombrecito tomó el collar, se sentó frente a la rueca y... ¡zas, zas, zas! , dio varias vueltas a la rueda y se llenó el carrete. Enseguida tomó otro y... ¡zas, zas, zas! . con varias vueltas estuvo el segundo lleno. Y así continuó sin parar hasta la mañana, en que toda la hierba seca quedó hilada y todos los carreteles llenos de oro.
Al amanecer se presentó el rey. Y cuando vio todo aquel oro. sintió un gran asombro y se alegró muchísimo: pero su corazón rebosó de codicia. Hizo que llevasen a la hija del molinero a una habitación mucho mayor que la primera y también atestada de hierba seca, y le ordenó que la hilase en una noche si en algo estimaba su vida. La muchacha no sabía cómo arreglárselas, y ya se había echado a llorar, cuando se abrió la puerta y apareció el hombrecito.
-¿Qué me darás -preguntó- si te convierto la hierba seca en oro?
-Mi sortija -contestó la muchacha.
El hombrecito tomó la sortija, volvió a sentarse a la rueca, y, al llegar la madrugada, toda la hierba seca estaba convertida en reluciente oro.
Se alegró el rey a más no poder cuando lo vio, pero aún no tenía bastante; y mandó que llevasen a la hija del molinero a una habitación mucho mayor que las anteriores y también atestada de hierba seca.
-Hilarás todo esto durante la noche -le dijo-, y si logras hacerlo, serás mi esposa.
Tan pronto quedó sola, apareció el hombrecito por tercera vez y le dijo:
-¿Qué me darás si nuevamente esta noche te convierto la hierba seca en oro?
-No me queda nada para darte -contestó la muchacha.
-Prométeme entonces -dijo el hombrecito- que, si llegas a ser reina, me entregarás tu primer hijo.
La muchacha dudó un momento. «¿Quién sabe si llegaré a tener un hijo algún día, y esta noche debo hilar este heno seco?» se dijo. Y no sabiendo cómo salir del paso, prometió al hombrecito lo que quería y éste convirtió una vez más la hierba seca en oro.
Cuando el rey llegó por la mañana y lo encontró todo tal como lo había deseado, se casó enseguida con la muchacha, y así fue como se convirtió en reina la linda hija del molinero.
Un año más tarde le nació un hermoso niño, sin que se hubiera acordado más del hombrecito. Pero. de repente, lo vio entrar en su cámara:
-Vine a buscar lo que me prometiste -dijo.
La reina se quedó horrorizada, y le ofreció cuantas riquezas había en el reino con tal de que le dejara al niño. Pero el hombrecito dijo:
-No. Una criatura viviente es más preciosa para mí que los mayores tesoros de este mundo.
Comenzó entonces la reina a llorar, a rogarle y a lamentarse de tal modo. que el hombrecito se compadeció de ella.
-Te daré tres días de plazo -le dijo-. Si en ese tiempo consigues adivinar mi nombre. te quedarás con el niño.
La reina se pasó la noche tratando de recordar todos los nombres que oyera en su vida, y como le parecieron pocos envió un mensajero a recoger, de un extremo a otro del país, los demás nombres que hubiese. Cuando el hombrecito llegó al día siguiente, empezó por Gaspar, Melchor y Baltasar, y fue luego recitando uno tras otro los nombres que sabía; pero el hombrecito repetía invariablemente:
-¡No! Así no me llamo yo.
Al segundo día la reina mandó averiguar los nombres de las personas que vivían en los alrededores del palacio y repitió al hombrecito los más curiosos y poco comunes.
-¿Te llamarás Arbilino, o Patizueco, o quizá Trinoboba?
Pero él contestaba invariablemente:
-¡No! Así no me llamo yo.
Al tercer día regresó el mensajero de la reina y le dijo:
-No he podido encontrar un sólo nombre nuevo; pero al subir a una altísima montaña, más allá de lo más profundo del bosque, allá donde el zorro y la liebre se dan las buenas noches, vi una casita diminuta. Delante de la puerta ardía una hoguera y, alrededor de ella un hombrecito ridículo brincaba sobre una sola pierna y cantaba:
Hoy tomo vino y mañana cerveza,
después al niño sin falta traerán.
Nunca, se rompan o no la cabeza,
el nombre Rumpelstikin adivinarán.
¡Imagínense lo contenta que se puso la reina cuando oyó este nombre!
Poco después entró el hombrecito y dijo:
-Y bien, señora reina, ¿cómo me llamo yo?
-¿Te llamarás Conrado? -empezó ella.
-¡No! Así no me llamo yo.
-¿Y Enrique?
-¡No! ¡Así no me llamo yo! -replicó el hombrecito con expresión triunfante.
Sonrió la reina y le dijo:
-Pues... ¿quizás te llamas... Rumpelstikin?
-¡Te lo dijo una bruja! ¡Te lo dijo una bruja! -gritó el hombrecito, y, furioso, dio en el suelo una patada tan fuerte, que se hundió hasta la cintura.
Luego, sujetándose al otro pie con ambas manos, tiró y tiró hasta que pudo salir; y entonces, sin dejar de protestar, se marchó corriendo y saltando sobre una sola pierna, mientras en palacio todos se reían de él por haber pasado en vano tantos trabajos.

expectativas de viaje

Morado alucine un Humo, y sí habia una mujer, siempre hay una mujer me dijo un mujeriego viejo y una femenista nueva. Le dije: !bueno vamos, tu vas de copiloto¡, y así fue el tren lo majené yo hasta la India hasta la Gaucha, la Gringa, la Chikana, El Gran Cañon. Sí hubo sexo, un par de violaciones mentales, regalos de carne, pero allí nadie se tocó. Una gran subjetividad era mi delirio, me hable a mí mismo en mi propia lengua, lengua, fue una trampa me meti en la prisión de mi ego, me encerre allí, me quede sentado al medio de esa habitación, al frente mío una llave amarilla, y una puerta, encerrado, preso pero, parte de mí acepataba el presidio. Todas las paredes se vienen abajo, la llave se pierde, se destruye ese cuarto y se abren la compuertas del espectaculo, el placer oscuro de mi yo diabolico reia a carcajadas y mi santidad tenia una mano tibia en mi nuca, apoyandome, diciendome que esta todo bien FEEL ALRIGHT, feel allrightgesnes. Bien despiertos santo y demonio, se terminaron de servir las ruinas de mi ego. Y juntos los tres nos fuimos a otra dimensión, por un tunel, quede solo con menos de medio sentido sostenido de este mundo. Descontrol. Lucha sangrienta por el control. Sabor a tierra y olor milenario a humedad. La biblioteca de su espiritualidad a mano derecha, el sureño impetinente, reedición. Agarro un lapiz con mis pupilas, junto mis cejas y me regalo una silla, me siento, descanso